miércoles, 24 de febrero de 2010

Primer avance de auto-retrato

Me interesa hacer una lista de cosas vinculadas a mi vida en órden alfabético. Sería una demostración visual a partir de por ejemplo, la letra A... con una voz en off que relatara la importancia de las ABEJAS en mi vida mientras vemos un collage de fotos, material de archivo de abejas, etc. B... podría ser Beatles, C podría ser Celia la vecina con la que me peleo siempre, D Daniela mi mejor amiga, E Ernesto mi exnovio, F una anécdota que me recuerde la Felicidad, etc. Algunos serían imágenes fugaces, otras involucrarían más tiempo para la creación de tono y explicaciones. Así, cada letra sería una sucesión visual de las cosas que han impactado mi vida, mientras exploro la tesis de que soy una persona aferrada al pasado y por lo tanto, mi pasado es quien yo soy. La idea sería que la voz en off generara oraciones y rimas con la letra que le toca describir, para hacer el autoretrato lúdico, aunque algunas letras describirían eventos nostálgicos y características negativas de mi persona. Entre cada letra (de vez en cuando) puedo aparecer yo, haciendo el score con envases de vidrio con agua.

Luego puedo hacer una lista de mis palabras favoritas y las palabras que más odio. Tal vez inventar nuevas palabras y llegar a una sola palabra que describa mi estado emocional. Sería una mezcla de las dos cosas que más disfruto en la vida la imagen cinematográfica y la escritura. Creo que tengo que cuidar que mi autoretrato sea autocrítico, pues que sea lúdico no necesariamente debe derivar en una proclamación de los aspectos puramente positivos en mi vida.

lunes, 22 de febrero de 2010

"Dial H-I-S-T-O-R-Y" de Johan Grimonprez (1997)






Grimonprez reproduce en su película, para el espectador, el estado de paranoia y el miedo que somete a la sociedad posmoderna. Imágenes de archivo, de cámara de seguridad en la que se ve una maleta solitaria al ritmo de jazz, irrumpidas por un escandalozo sonido de explosión y una animación de una explosión. También evidencía la banalización de las imágenes de catástrofes aéreas en los medios masivos de comunicación occidentales: música boogie en contraposición con tomas de aviones explotando. De eso trata Dial H-I-S-T-O-R-Y: de cómo los estados que juran guerras contra el terrorismo son los principales propulsores del terrorismo, del círculo vicioso entre medios de comunicación y eventos escandalosos a costa de vidas humanas. De cómo la televisión, el zappeo y la hegemonía de los medios norteamericanos no dan espacio a que ciertas voces se oigan... y entonces BOOM. Sólo así seré escuchado. "Mátate y tal vez te noten." Aunque sea por un momento, porque después viene el comercial, en ese montaje tan desconsiderado que marca la agenda televisiva.

La historia, según Grimonprez, se hace en el siglo XX-XXI, minuto a minuto. "Los hombres gritan para que se les recuerde uno o dos segundos" y mientras tanto, la forma en la que se retrata un evento terrorista va cambiando de acuerdo al rating. Cámaras violentas, que tiemblan, se empolvan y se salpican de sangre vs. los primitivos planos generales de figuras diminutas a lado de aviones. Grimonprez habla de terroristas y de presidentes de los Estados Unidos en la misma oración. La ironía es su principal herramienta en una película ácida que evidencía la maquinaria detrás del terrorismo.

Veladamente, Grimonprez le hace una invitación al espectador que es también, el espectador televisivo. Nosotros somos los que tienen la opción de zappear, de apagar la televisión, de aplaudir, de quejarnos y sobre todo, de adoptar posturas racionales con respecto a los eventos mundiales que el sistema de consumo nos hace clasificar por el estómago. En la historia minuto-a-minuto, no hay malos ni buenos, sino causas y consecuencias: tal vez en nuestro poder como espectadores esté la fuerza motora de un cambio, pero primero hay que despertar.

"Une journée d'Andrei Arsenevitch" de Chris Marker (1999)



Tarkovsky me impacta porque es un poeta lleno de ideales y amor al hombre, Marker porque es un poeta lleno de ideas y amor a sus maestros. Marker captura a un Tarkovsky que domina con creces el celuloide, a pesar de la opresión de un sistema represivo, pero también a un Andrei humanizado, debilitado por el cáncer y desdoblado por la reunión con su hijo. Marker filma a Tarkovsky filmando con respeto y admiración, pero también busca crear dialécticas en su descripción (Marker dice que parece que no deja que Sven Nykvist haga su trabajo, después explica que en realidad lo está impulsando a ser el mejor fotógrafo posible).



Creo que la labor de Marker que más destaca la redondez de este trabajo es la forma en la que, de todo el material posible, hace la selección de momentos entrañables y profundamente humanos. A la par, la forma en la que el cineasta francés hace relaciones permite que el documental no sea solamente un retrato, sino un espacio para que Marker exprese sus tesis con respecto al trabajo del cineasta ruso. La más hermosa para mí es que Tarkovsky, en las siete películas que pudo producir, empieza con la toma ascendiente de un árbol en La infancia de Iván y termina con la toma de un árbol en El sacrificio, ambas relativas a personajes infantiles.




Así como Tarkovsky se despide de su hijo, Andrei, en la dedicatoria de El sacrificio, Marker se despide de uno de sus padres artísticos, su maestro Tarkovsky con Une journée d'Andrei Arsenevitch. Un día que refleja una vida y su creación, a partir de la visión de otro gran cineasta.

miércoles, 17 de febrero de 2010

"Sans Soleil" de Chris Marker (1983).

Sandor Krasna, de ciudadanía indescifrable es el alias del escurridizo francés Chris Marker. Este cineasta del mundo teje películas con misterio. En Sans Soleil usa una estructura que apunta a vislumbrar pequeños pedazos de sus tesis, como puntas de icebergs, en el planteamiento de la película. Poco a poco el espectador se engancha y se cuestione el porqué de ciertas imágenes (tres niños en Islandia, gatos de la suerte en Japón, un emu en Francia, etc), sólo para descubrir un bloque gigantesco de marco filosófico a partir de imágenes aparentemente sencillas. Y así, nos va dejando descubrir un poquito más cada... tres-diez-quince-cincuenta minutos. Y nosotros lo esperamos, ansiosos, como viendo una película de su admirado Hitchcock. Ninguno de los dos nos va a revelar la verdad de la situación de forma sencilla, ambos quieren que comploteemos, que pensemos, que nos abrumemos y que finalmente, nos sorprendamos.



Hitchcock y la espiral de las imágenes fugaces; Tarkovsky, la Zona y la abstracción de las imágenes banales; el misterio mismo de la vida y la muerte; la unidad y no la oposición; darle lugar a lo que no es tanto como a lo que es... una imagen de tres niños islandeses personificando la felicidad y después pantalla en negro: ambos importantes, como en la doctrina sintoísta, hay lugar para honrar todo.


Me abruma Sans Soleil. Marker es un cineasta complejísimo en cuanto a su análisis antropológico y a la vez, muy honesto en cuanto a la proyección personal. Creo que aunque sí hay algo de escurridizo en su figura como cineasta (voz en off que relata cartas que él supuestamente le escribió a la mujer que habla, su alias, incluso el mito de que no le gusta ser fotografiado), también hay una gran proyección personal. No hay que olvidar que Sans Soleil es una película formada a partir del material de sus propios viajes. Aquí tenemos proyectado lo más íntimo de Marker: las confesiones que un autor le puede hacer a una cámara cuando está en algun extremo del mundo, en solitario.


"Science Is Fiction" de Jean Painlevé (1902-89)

Jean Painlevé parece un niño curioso e inocente, de esos que pueden pasar horas observando la naturaleza sin necesidad de molestarla. Y a la vez, Painlevé es todo menos inocente. Es un científico y artista talentoso, un niño genio que no ignora sus capacidades y no las oculta. Un niño de los que manipula a los adultos para lograr sus cometidos, que son antetodo, beneficiosos para la humanidad. Documentalista de las profundidades, es también un iluminador virtuoso. ¿Cómo sabemos que así se ven las profundidades submarinas? Más bien, así las ve Painlevé. Escoge decorados adecuados que mezclan colores y formas con profundidad y perspectiva. Es un escultor en movimiento.



Mi cortometraje favorito fue "Acera Or The Witches Dance", con música de Pierre Jansen. Painlevé hace una personificación de las aceras como brujas. Les da cualidades antropomorfas en sus movimientos e incluso hace un insert de un corto de Edison, que muestra una bailarina en acción, para comparar. También utiliza un decorado estrellado y una iluminación lateral tenue. Creo que ante todo, Painlevé demuestra respeto y cariño por las aceras, animales poco conocidos que podrían incluso ser catalogados como poco agraciados fuera de ese contexto. La atmósfera del corto es misteriosa y plácida, pero Painlevé no deja de ser transgresor haciendo comentarios acerca de la sexualidad del animal.



Así, hay un dejo surrealista en Painlevé. Hace asociaciones intuitivas que por su disparidad resultan orgánicas. Utiliza imágenes poéticas, por ejemplo la comparación de un sea urchin como un buddha rezando o "un caracol que canta una canción de victoria". Painlevé es un artista completo, un ejemplo de que ciencia y arte no necesariamente son antagonistas
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miércoles, 3 de febrero de 2010

"El hombre de la cámara" de Dziga Vertov (1929)





Vertov es vertiginoso, crítico, comprometido y también, poeta. Convencido de que el cine puede llegar a niveles de abstracción y universalidad insospechados, se embarca en un filme que es ante todo un display idealista de una sociedad tal y como el hombre de la cámara la observa. El ojo y el lente se vuelven uno. El hombre de la cámara construye a partir de esa fusión, un mundo nuevo basado en la ideología socialista. La cámara literalmente puede derrumbar edificios de connotaciones burguesas, terminar la labor de deshacerse de enemigos fascistas, emancipar a las mujeres proletarias, recorrer la ciudad desde temprano y arriesgarse por el estado.

Tuve la oportunidad de ver esta película musicalizada en vivo por la Alloy Orchestra, recuerdo la experiencia como hipnotizante. La vi antes de empezar a estudiar cine y recuerdo que el impacto de la secuencia en la que tenemos a la gran coautora de esta obra, Elizaveta Svilova, editando la película "en vivo" me conmocionó. Y es que mostrarle a la audiencia cómo se hace una película, enseñarle que es una creación a partir de la realidad, pero creación al fin y al cabo, me parece un tributo a la inteligencia de los lectores. Vertov se independiza de los filmes que "emborrachan" a los espectadores (como muestra una secuencia con una cámara que se mueve mareada) y más bien, apela a la inteligencia de los mismos. Vertov cree que el cine puede ser universal, que no hay necesidad de intertítulos y aún así, la abstracción no es solamente formal. Hay elaboraciones poéticas contínuas.

Vertov es movimiento, como el movimiento de una sociedad en construcción edificada a partir de ideales y figuras. Su labor en esta película es un gran ejemplo de la dedicación que se necesita para construir una obra de tal magnitud.

"Konec" de Artavazd Pelechian (1992)




Pelechian es un pintor viajando de incógnito en un tren. "Konec" (Fin), es el retrato de un viaje a partir de la polaridad entra la luz y la sombra. Usando el blanco y negro ya en 1992, Pelechian realiza un ejercicio estético en el que los pasajeros, el tren, el paisaje y hasta los flairs del lente son brochazos de luz que crean contraste, recreando la sensación de viajar en un tren. La cámara, a diferencia de en "Las Estaciones", hace una labor de disfraz más que de familiarización. Hay un voyeurista que usa telefotos y saca de foco los bordes de las ventanas o puertas al retratar a un personaje. Así, lo capta espontáneo y desprevenido, pero no en una situación incómoda como una candid camera, sino en la cotidianeidad de la espera. Es por eso que la cámara de Pelechian es adecuada. Y el juego entre el negro y el blanco, que aproxima la noción de dinamismo, es muy bello.




Además, en términos de discurso Pelechian nos está diciendo que estas personas de ciudad, muy diferentes a la gente de "Las Estaciones", no necesariamente estarían cómodas bajo la vista de una cámara cercana o posiblemente no aceptarían el acercamiento. La referencia de aquellos individuos del campo, que asimilaron la cámara como uno más de ellos y la recibieron naturalmente es importante.



El corto tiene la estructura de un viaje que continuamente discurre entre la sombra y la luz. Se pueden tomar interpretaciones metafóricas... y justo cuando Pelechian nos deja varios segundos en la oscuridad de un túnel, acostumbrándonos a los sonidos en loop del tren, se hace la luz al final del camino. La esperanza, tal vez, para este viaje en tren en el que los armenios llevan ya tiempo.