miércoles, 14 de abril de 2010

"La Pyramide Humaine" de Jean Rouch (1961).



Eric Rohmer defendería la belleza de La Pyramide Humaine desde la forma misma en la que el cine construye lo bello. Él explica en "El gusto por la belleza" (Ed. Paidós, p. 112) que mientras la pintura, la poesía y la música intentan "traducir la verdad por mediación de la belleza, que es su reino, del que no pueden apartarse a menos de dejar de ser", el cine utiliza "técnicas que son instrumentos de reproducción o, si se quiere, de conocimiento. De algún modo, posee la verdad de entrada, y se plantea la belleza como fin último […] Una belleza que no tiene la misión de inventar, sino de descubrir, de capturar como una presa, de robársela a las cosas. Para él, la dificultad no consiste, como se suele creer, en forjar un mundo propio con esos puros espejos que son los útiles de los que dispone, sino en copiar lisa y llanamente esa belleza natural”.


Y así el mérito de Jean Rouch no se encuentra en la aproximación experimental antropológica que tiene mucho más que ver con el aspecto científico de cineasta, sino en el trasfondo poético, esa búsqueda de esencias en los jóvenes que antes que ser personajes representados son seres humanos. Rouch nos presenta la verdad con los jóvenes interactuando desde su naturaleza; la belleza, desde las intervenciones de él mismo, el montaje que contrapone puntos de vista, el apoyo de la poesía de Éluard, el desenlace de su metaficción. Rouch es sincero desde el principio, explicando la situación ficticia que introduce en su película el espectador sabe que la muerte accidental de uno de sus personajes es un punto catártico que forma parte de la experiencia de aprendizaje de los jóvenes que mientras están representando personajes, también están viviendo. El cine, ya sea ficción o documental, presenta un documento de interacciones reales producidas por un director. Se podría criticar del experimento la manipulación de los jóvenes que posiblemente no posean el panorama completo del experimento etnográfico, pero ¿no es esa la labor del director de ficción? ¿Dirigir no es hacer creer al actor la ilusión de que tiene control de un personaje?

Los hilos conductores del film son las voces en off de dos de las protagonistas, Nadine y Denise. Ellas sirven para contraponer puntos de vista que Rouch escucha por igual y sin predisposiciones. La voz en off sirve también para unir secuencias sin la necesidad de matcheo sonoro. Pero en cierto sentido, ésta voz en off es el recurso más artificial en la película. La verdad, de la que habla Rohmer, y a la que Rouch añade la belleza de dejar a la cámara está en las interacciones y en los momentos espontáneos.Un ejemplo es cuando Natalie baila. Así sea una puesta en escena, se puede admirar como la joven real que es Natalie se encuentra viviéndola vertiginosamente. Ella es joven, bella y enérgica, Rouch sólo puede mirarla con su cámara.




Otra cuestión que me pareció muy interesante fue la forma en la que se contrapone a Nadine y a Denise como mujeres. Por un lado, me pareció que la posición de Denise en términos de cómo juzgar a Nadine es muy complicada. Denise es la primera en formar el puente intercultural, es inteligente y responsable, le tiene aprecio genuino a Nadine. Sin embargo, juzga la forma libre en la que esta última vive su sexualidad, de manera moralista y con dejos de una educación masculinizada en donde la mujer es la culpable de las catástrofes. Ella teme que una chica blanca hiera a sus amigos negros. Me parece una pregunta muy actual el cuestionarse qué viene primero en la responsabilidad con el género o la raza. Porque Nadine será la catalizadora de acciones, pero algo que Rouch hace presente en su película es que sus personajes tienen la capacidad de decisión con respecto a la película misma. Nadine no obliga a nadie a nada.

La Pyramide Humaine, en lo personal, representa una muestra impresionante de cómo el cine es un medio efectivo para catalizar cambios a diferentes niveles. Por un lado, definitivamente el puente intercultural que resulta ver una película de otro tiempo y espacio es valiosísimo. Por el otro lado, el cine como experimento de convivencia y el impacto que una película puede tener en la gente que participa en ella. Por último, el cine como medio de búsqueda de esencia y poesía a partir de la verdad que captura en la realidad misma.


***
De Ciné-Ethnography, Jean Rouch, donde se encuentra una entrevista que le hace Enricho Fulchignoni:

Acerca de La Pyramide Humaine:

Acerca de Vertov y Flaherty:




http://books.google.com.mx/books?id=4z8UZ36WqsAC&pg=PA166&dq=la+pyramide+humaine+rouch&hl=es&ei=7B_KS6vFOozasgOpqPiPAw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=8&ved=0CFQQ6AEwBw#v=onepage&q=la%20pyramide%20humaine%20rouch&f=false

No hay comentarios:

Publicar un comentario