jueves, 27 de mayo de 2010

"David Holzman's Diary" de Jim McBride (1967)


Jim McBride realiza un ejercicio crítico con las estructuras documentalistas de la época. Seis años después de Crónica de un verano y a la par, contemporáneo a la Nueva Ola francesa, McBride realiza un mockumentary en el que la búsqueda verité se observa agotada. La presencia constante de una cámara insertada entre espejos presenta las disertaciones de un cineasta frustrado, un loser norteamericano enfrascado en un ejercicio narcisista. Ahí radica el cuestionamiento hacia el verité, que se agota en sus propios recursos a tal punto que ofusca. También, siendo un falso documental que juega con las convenciones de verité, evidencia el abuso que estas técnicas hacen al ser usadas como validaciones de verdad/realidad, más que sincerar la construcción de una mirada específica.


Destacan formalmente dos secuencias especificas: una en la que Holzman hace un recuento visual de todo lo que vio en la televisión ese día, que resulta un acercamiento dinámico y una propuesta de que lo genuino no necesita siempre que la hechura se deje al descubierto; en otra, Holzman hace un retrato con su nuevo lente fisheye de su barrio, dejando ver las aspiraciones artísticas que realmente nunca llega a concretar. También es interesante la relación con su novia, que finalmente lo deja por el agotamiento de ser siempre filmada. Lo anterior es relevante porque captura la incomodidad que genera una cámara y las cuestiones éticas de irrupción de privacidad en el quehacer documentalístico.

David Holzman's Diary es un retrato de la inadaptación de ciertos aspectos representados por los ideales de la Nueva Ola en la vida norteamericana. Un personaje como Holzman es retratado en un patetismo sin glamour, sin Anna Karina, sin azul ni rojo.

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