miércoles, 26 de mayo de 2010

"The Devil and Daniel Johnston" de Jeff Feuerzeig (2005)


El diablo coprotagoniza con Daniel Johnston la película dirigida por Jeff Feuerzeig. A lo largo de la misma, vemos la presencia real del músico intermitente, pues está intercalada en un collage de materiales: entrevistas a las personas más cercanas de Johnston, animación que ilustra alguna canción protagonizada por algun personaje dibujado por el músico, dramatizaciones de pasajes de eventos importantes de su vida construídos desde cámaras subjetivas. Y en todos éstos, el Johnston del presente no aparece más que en contadas, poderosísimas veces. Hay una sensación oscura, de pérdida y ausencia cuando el Daniel del pasado se nos presenta hablando desde sus casettes. Feuerzeig crea un juego de tiempos donde pasado y presente quedan abstraídos. Mientras tanto, podemos ver al Diablo, ese responsable de que Johnston esté ausente, esa sociedad que lo orilló y empujó a la locura última, ese MTV prometedor e irreal, esos ácidos.

El documental tiene diversos recursos específicos para retratar esta personalidad al borde del abismo. El retrato de un hospital psiquiátrico en ruinas, con un dolly que se acerca a un objeto que se separa de los escombros por su forma definida y su color. Escuchamos una canción dedicada a "Mountain Dew"... una metáfora de los objetos terrenales que sirven de lazo último para este músico con el resto del mundo. No tenemos que ver al Johnston del presente, en todo su patetismo genuino por el hecho de pertenecer al ahora, para hacernos una configuración de lo que se adivina como desenlace.



Otro momento que en lo personal me parece impresionante, es el montaje en cuadro que se realiza con una pantalla dentro de otra pantalla. Aparece Laurie, el amor platónico de Daniel, filmada por él cuando era joven. Daniel está mirando a donde aparece la pantalla con ternura. Feuerzeig avienta una hipótesis de cómo será la cabeza de Johnston, donde memoria, vivencia e imaginación se confunden, finalmente llegando a un arte coherente y honesto. ¿Johnston pensará en formato de animación como en sus dibujos?


En la revista Slant, le plantean al director una cuestión muy interesante de la secuencia de créditos. Casper es el hilo conductor de la película hasta cierto punto, incluso comenzando el documental con Daniel diciendo "This is the ghost of Daniel Johnston."

Slant: Did you feel like there were any awkward ethics about renting Daniel the Casper suit?

JF: No. None whatsoever, because Daniel exploited his mental illness, he always wanted to be Casper. He loved shooting that scene, and it's really moving. He understands the power of that image. I don't think there are taboos in literature or film—you can't create that way. There are no boundaries—if you aim to seek a deeper truth—and I feel that costume very much seeks a deeper truth at the end of the movie. He thanked me for it; it was like a dream come true for him.

(http://www.slantmagazine.com/film/feature/the-enigma-of-daniel-johnston-an-interview-with-jeff-feuerzeig-and-henry-rosenthal/5/page_1)

Finalmente, aunque me parece que el documental sí retrata a Johnston desde una mirada de respeto y amor, existe un aprovechamiento de su condición. Una cierta liberación para hablar de él y hacer que él actúe de acuerdo a los objetivos del director a través de su ausencia.

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